(English)
Habrá un
momento en que cada uno de nosotros va a estar delante de Jesucristo, y Él abrirá una puerta llamada "realidad
pasada”. Allí contemplaremos los días de
nuestra existencia terrenal. Jesús no sólo elogiara nuestras vidas de una manera general, sino
que apuntará a cosas específicas que hicimos. Regocijándose junto con nosotros, Él dirá: "¡Bien
hecho!" Tal vez hubo un acto de bondad especial que llevo a una persona
amargada de regreso a Dios, o tal vez
usted superó sus miedos y guió a una persona a Cristo, a quien luego Dios usó
para ganar a miles.
En
la traducción latina de la Biblia, la frase "bien hecho" se traduce
como "¡Bravo!" ¿Cuánto le gustaría que Jesús le dijese eso a
usted? Imagínelo con Su brazo alrededor de su hombro,
diciendo, "¡Bravo!", eras sólo una persona común y corriente, ¡pero
confiaste en Mí; aprendiste a amar sin miedo, mira cuántos corazones tocamos juntos!"
Agradar tanto a Cristo que Él se
regocije por la vida que a Él le damos, debe ser nuestro más alto objetivo.
Ame en tiempo de presión
Sin
embargo, es aquí, en un mundo lleno de maldades, de gente poseída por el
diablo, y de conflictos de todo tipo,
que debemos encontrar la vida de Cristo. De hecho, Jesús advirtió acerca de la
gran tribulación; uno de los significados de la palabra tribulación es
"presión". Incluso hoy en día,
¿el estrés y la presión no es cada vez mayor en las personas? A pesar de
estas tensiones Dios nos ha llamado a amar extravagantemente. Si no
contrarrestamos el estrés de esta era con amor, nos derrumbaremos bajo el peso de las ofensas.
¿Ha
visto alguna vez un carrito de supermercado lleno de latas de alimentos
dobladas? La mayoría han perdido sus etiquetas. Usted puede comprar media
docena de ellas por un dólar o dos. A menudo lo que ha sucedido es que la
presión atmosférica fuera de la lata fue mayor que la presión en el interior y la lata
colapsó. No pudo soportar la presión.
Del
mismo modo nosotros, debemos tener una fuerza agresiva empujando desde adentro
hacia afuera que sea igual a las presiones que tratan de desmoronarnos desde el exterior. Necesitamos la presión del
amor de Dios derramándose a través de nosotros, neutralizando las presiones del
odio y la amargura en el mundo.
El
amor es el conservante de Dios. Rodea nuestras almas con un poder mayor que el
poder del mal y del mundo que nos rodea.
Nos mantiene equilibrados. Nos aísla contra la hostilidad que existe en nuestro
mundo. El amor es el refugio del Altísimo;
es la sustancia de la fortaleza de Dios.
Señor, perdóname por buscar
cualquier otro medio de protección,
además de Tu amor. En verdad, las presiones se han aumentado en mi vida; a
diario el estrés se multiplica en mi mundo.
Señor, concédeme el ecualizador eterno: el amor. Haz que camine en tal
entrega a Ti que el poder de Tu
amor emane de mi alma sin cesar. Amén.
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