(English)
A lo largo de su vida, Jesus se extendió a las personas rechazadas por otros. Amo a todos, pero especialmente a aquellos despreciados, dejados de lado y excluidos. Sin embargo, Su práctica de comer con conocidos malhechores ofendió a los fariseos, y ellos confrontaron a los discípulos de Jesus con esta pregunta: “¿Por qué come vuestro Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores?” (Mat. 9:11). Al oír Jesus esta pregunta, respondió,
“Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. Mas id, y aprended lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. (Mat. 9:12-13).
Jesus le dijo a los Fariseos que “fuesen y aprendiesen” lo que Dios quiso decir cuando dijo, “Misericordia (compasión) quiero y no sacrificio”. Una religión sin amor es abominación para Dios. La iglesia necesita aprender: Dios desea amor y compasión, no simplemente una adhesión a rituales y sacrificios.