(English)
Cristo
mismo es el plan eterno para nuestras vidas. Sólo al estudiarlo a Él, midiéndonos nosotros mismos por Él, crecemos de manera segura sobre el
fundamento de Dios.
Amados,
hemos sido creados para ser como Cristo. ¡El plan de Dios no se ha desvanecido
o vuelto obsoleto! Así como Cristo no ha
cambiado, tampoco lo ha hecho el plan de
Dios para la iglesia. Nuestra transformación arde en el corazón de Dios "
hasta que todos "lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo " (Ef. 4:13).
Vea
usted, el enfoque tanto del liderazgo como de las congregaciones debe ser el alcanzar una transformación a imagen de Cristo y Su amor
por la gente. Este ha sido el propósito del Padre desde el principio de los
tiempos y sigue siendo Su objetivo inmutable al final de la era. (Ver Génesis
1: 26-27 y Romanos 8:29.)